Los beneficios de jugar ajedrez son muchos y variados. Sin importar el nivel de juego, la práctica frecuente del ajedrez en sí misma mejora la calidad de vida de los individuos que la llevan a cabo.
La capacidad de concentración, la empatía y la creatividad son solo algunas de las áreas que son afectadas positivamente por el ajedrez. ¿Cómo? Te lo contamos en este artículo.
Beneficios mentales por jugar ajedrez
El pensamiento lógico que se requiere para jugar cualquier partida de ajedrez resulta muy útil luego a la hora de enfrentarse a situaciones de la vida que nos exigen esfuerzos de razonamiento, sean de la naturaleza que sean.
El proceso mental que hay que poner en marcha cuando se está jugando ajedrez pone a prueba nuestro cerebro, lo entrena, lo oxigena y ayuda a ponerlo en forma.
Uno de los beneficios clásicos de la práctica del ajedrez es la mejora en el tiempo y la calidad de concentración.
El cálculo de variantes, el diseño de estrategias y el adelantarnos a los movimientos de nuestro rival son tres aspectos claves del ajedrez que nos obligan a concentrarnos y enfocarnos en lo que está sucediendo sobre el tablero y lo que tendrá lugar algunas jugadas más adelante.
Otro de los beneficios más patentes de jugar al ajedrez regularmente es el fortalecimiento de la memoria.
En niveles de elite mundial, los mejores ajedrecistas tienen memorizado en su cabeza un complejo y abundante árbol de aperturas de ajedrez, sistemas de juego, esquemas, estrategias, movimientos temáticos y partidas jugadas por ellos mismos y por otros ajedrecistas.
De esa forma logran encarar cada partida con la seguridad de conocer la mayoría de las posiciones que pueden desarrollarse. La familiaridad con lo que está sucediendo sobre el tablero se logra a través del estudio, la experiencia, el talento pero también la capacidad de recordar.
Esa necesidad de tener presentes cientos y hasta miles de jugadas tiene un impacto netamente positivo en nuestra memoria, que se fortalece con la práctica y se consolida con el entusiasmo por saber más y mejor.
Beneficios sociales
El ajedrez es un agente socializador por naturaleza. Al tratarse de un juego de mesa de bajo presupuesto y sencillo traslado, las posibilidades de juntarse con otras personas a practicarlo son infinitas.
A diferencia de otros juegos y deportes para los que es preciso estar en forma e incluso haber entrenado largamente la potencia muscular y cardiovascular, el ajedrez es universal en el sentido de que un niño puede jugar con un anciano o un joven contra un adulto.
El ajedrez carece de barreras de género que obliguen a los hombres a jugar solo contra hombres y a las mujeres a jugar solo contra mujeres (a pesar de que en la actualidad las mujeres compiten por separado en muchos torneos con el fin de popularizar el deporte, que es mayoritariamente practicado por varones).
En muchos países puede verse a personas jugando al ajedrez al aire libre en plazas, parques, ferias e incluso en la propia acera. Cuba y China son dos de los países con mayor actividad ajedrecística en la vía pública, pero en lugares como Nueva York también es frecuente ver decenas de tableros y personas practicándolo.
Beneficios educativos
En los últimos años se han realizado varios estudios que comprueban las ventajas de jugar ajedrez para los niños en edad preescolar y escolar.
La organización y la planificación pueden ser ampliamente trabajadas sobre el tablero para luego ser trasladadas a otras temáticas a enseñar a los niños.
Jugando al ajedrez ellos aprenden además a respetar el tiempo del otro. Cuando es el turno de pensar del rival es necesario mantenerse en silencio y ser paciente hasta que nos toque mover a nosotros.
Con niños de estas edades se puede llevar a cabo un buen trabajo de aprendizaje a partir de los errores que se cometen sobre las 64 casillas y las posibles soluciones para cuando se den situaciones similares en el futuro.
Uno de los grandes beneficios del juego en etapas formativas es que lucha muy activamente contra problemas típicos del siglo XXI como el déficit atencional, la hiperactividad y el egoísmo desmedido.
Son increíbles los cambios que la práctica del ajedrez puede ejercer en niños que necesitan hablar todo el tiempo o que no pueden mantener la concentración por más de uno o dos minutos.
Otros beneficios
Una partida de ajedrez es mucho más que un conjunto de reglas aprendidas y movimientos memorizados en busca de un objetivo.
Por el contrario, es la creatividad del ajedrecista lo que le permitirá encontrar soluciones a sus problemas, imaginar escenarios favorables y tomar las medidas necesarias para ejecutarlos.
Sin la capacidad de previsualizar posiciones y/o movimientos que tendrán lugar más adelante, la vida del rey sobre el tablero será limitada, por lo que el ajedrez invita enfáticamente a ser proactivo, tomar la iniciativa y poner en marcha soluciones concretas a inconvenientes reales.
Esa toma de decisiones aparece cuando el jugador tiene o encuentra la determinación de superarse y de aceptar que solo a partir del pensamiento y la adaptación podrá sobrevivir a los devenires de la batalla, que se da en el tablero pero también, simbólicamente, en su propia vida.