Pasaron 4 rondas, los jueves se fueron alternando y entre la alegría de reencontrase, la adrenalina de la competencia y el amor por el tablero, la tabla de posiciones fueron acumulando números, que hacían ascender algunos nombres, mientras otros se abrazaban a un mismo escalón. Pero en lo que es aprendizaje, todos ascendieron, ninguno quedó en el mismo lugar que estaba antes de empezar este homenaje al diario de la ciudad, porque cada partida es un aprendizaje, y repasarla con calma y detenimiento suele transformarse en la mejor clase que cualquier ajedrecista pueda tomar. Aunque cuando tuvimos que inclinar nuestro rey nos dieron ganas de arrugar la planilla, son en esos momentos cuando si queremos ser «ganadores», es cuando debemos respirar profundo, buscar a nuestros guías, y encontrar las respuestas a nuestros errores.
Se aprende así, equivocándose y corrigiendo el error, podemos hacer nuevos, pero no repetir los mismos.

Y también se aprende y mucho, escuchando a quienes saben, a «los viejos sabios de la tribu», a aquellos que tienen ese conocimiento que nosotros queremos adquirir y que si parte de lo que saben nos lo logran transferir cual transfusión de sangre que genere conocimiento, debemos ser inteligentes y «extender nuestro brazo» para aprovechar ese momento y recibir ese pinchazo que nos traerá torrentes de conocimiento que adquiriremos en mucho menos tiempo que el que nos llevaría un montón de revolcones, porque es también sabido que «a golpes también se aprende…»
La orilla a la vista
Las aguas por las que navegó el campeonato parecen ir quedando atrás y la orilla, esa tierra firme anhelada desde el comienzo se empieza a divisar.
Y en esas aguas fueron quedando montón de cosas, algunas que se pudieron compartir en letras, y otras muchas, que quedarán grabadas en la memoria de quienes jueves a jueves se hicieron presentes en el Club Artesano.

Esta cuarta, dejó un partida electrizante entre Oscar Viera, quien con sus más de 7 décadas a cuesta, no tuvo ningún reparo en rodearse de gente menuda, frente a Tiago Rodríguez.
Destacable lo de Viera, cuando hay muchos adultos que temen sentarse frente a enanos endemoniados que saben usar mil picardías para llevarse el punto en juego, él hizo caso omiso a lo que muchos sufren, y aún sabiendo que competiría con jóvenes que forman parte de lo mejor que tiene el ajedrez uruguayo, igual puso sus saberes sobre la mesa.

Y Tiago, quien tiene montón de batallas sobre sus hombros, que sabe de ganar y de perder, y también de dar vueltas partidas, esta vez, no las tuvo todas consigo, y en algún que otro pasaje de la partida le corrió una gota muy fría de sudor sobre la frente, que corrió por su brazo y le congeló la mano, para luego volver a recuperar la calidez de siempre cuando su experimentado rival, omitía la movida que tanto temía.

Compartimos acá, tres partidas, las de los líderes, Lucía y Pedro, y la de Viera-Rodríguez, por lo emotivo de la misma.
Obvio que hay detalles que saber para entender porque los corazones palpitaban a mil. sólo 7 segundos en el reloj tenía Tiago cuando entregó la torre para volcar definitivamente la partida a su favor. Y tal vez, la jugada se ve, pero con 7 segundos…..
Visita presidencial
Lacalle Pou recorre el país de forma permanente, y en la mayoría de los casos de este 2020 tan distópico, buscando las causas de rebrotes de este enemigo invisible que nos visita, y que de a ratos le golpeamos la puerta en la cara y parece que logramos echarlo por completo, pero que como amigo pesado que viene sin que lo invitemos, siempre regresa en el momento menos esperado. Y así en busca de ese foco, ha recorrido diversos rincones del país.

Bernardo Roselli, que durante su presidencia al frente de la federación vio pasar a tres de la nación, busca al igual que su homólogo, esos focos que le llaman la atención.
Obvio que en Nueva Helvecia, encuentra uno, pero no de los que preocupan
Ese foco le despierta sin dudas la atención de un trabajo bien hecho, que debe ser protegido y ayudado, y muy por el contrario que con el amigo invisible, nada de pegarle a la puerta un portazo, sino que abrirla de par en par, para que esta barra de amigos que suman y mucho en el ajedrez oriental sigan por este camino.

Roselli llegó al Club Artesano y compartió algo de su saber, que como cual comida rica y nutritiva fue puesta sobre la mesa de los jóvenes helvéticos. Recibir ese alimento es por demás generoso, y el solo pensar a cuantos les gustaría tenerlo y no lo tienen, debería hacer nacer el regocijo de todos los que pudieron estar presentes en esa charla, que sin dudas potencia su rendimiento futuro.
Escuchar a los que saben allana el camino, es una gran fuente de aprendizaje.
Bandera de llegada
Eran los grandes candidatos a quedarse en el escalón número uno del torneo y lo fueron confirmando partida a partida, y por algo son los actuales campeones nacionales sub-18 en absoluto y femenino y nada es casualidad, saben estar siempre entre los mejores; el año pasado fue Lucía la dueña del absoluto y Pedro quedó en el escalón dos aunque en el tercer puesto.

Estudian, compiten, se preparan con los mejores, han competido internacionalmente tanto en Uruguay como fuera de fronteras y son ambos, donde se apoyan muchos ojos del ajedrez celeste viéndolos como sostén del recambio del ajedrez uruguayo.
Ellos son presente, sin dudas, pero su gran evolución hace soñar a tantos, con su consolidación definitiva, no ya en torneo juveniles sino en el paso que ahora deben dar en el mundo adulto.

Ya no tendrán nunca más un título en la categoría sub-18 ya que su cédula se lo impide, y por dos años aún tienen el desafío de la sub-20, último mojón de competencia que diferencia por franja etaria.
El jueves próximo se sentarán frente a frente, como tantas veces, en su suelo natal, y como en tantos torneos de categorías infantiles que los vio cruzarse. Un cierre con una partida de alto vuelo, en un torneo que tuvo de todo.
Porqué Nueva Helvecia es ejemplo
El mapa uruguayo a través del tiempo ha tenido diversos focos que se transformaban en grandes semilleros que nutrían luego al ajedrez todo.
Así hace casi dos décadas atrás lo fue Progreso conjuntamente con Banco República, quienes llegaron a generar valores juveniles que con el paso del tiempo culminaron en los primeros lugares del ajedrez mayor, (Sanguinetti-Nahuel González, Camila Colombo, Nicolás López, Cóppola….).
Paysandú aportaba un montón, que con el timón de grandes profesionales detrás, generaba talentos como Oddone, Ulaneo, Tregarthen, Shubert Silveira..).
El paso de los años vio aparecer un nuevo club capitalino llamado La Proa, que poco a poco se fue convirtiendo en un peso pesado en toda competencia infantil, destacándose por su masiva participación como por la cantidad de premios que conquistaba.

Ahora si bien «el club del barquito» sigue firme, aún no ha realizado actividad en este Uruguay pandémico, y la escuelita Los Orientales, se presenta como uno de los focos más importantes de desarrollo del ajedrez infantil, no solo por la cantidad de siembra cosechada, sino también por la calidad de frutos de la misma.
Y además, algo que por reiterado no deja de ser cierto: la gran paridad que han logrado entre ambos sexos.
Este detalle puede no llamar la atención a quienes recién entran en este mundo de las 64 casillas, y más si lo hacen desde un lugar en el que esta paridad es algo natural. Si es un dato a destacar, es porque la presencia de damas comparado con los varones en cuanto torneo se disputa es mínima, y rozar un 10 % es una quimera.
Es cierto que la cantidad empieza a disminuir a medida que pasan los años, y este gran grupo helvético aún es muy joven, pero esperemos que se mantenga esta «foto» en el futuro, porque esto no es solo una realidad uruguaya, y mucho se ha debatido buscando los motivos y la realidad aún le es esquiva a la paridad.

Desde este sitio hemos realizado una serie de entrevistas a ajedrecistas de América Latina buscando esas respuestas, para ver si éste ejemplo tan lindo que regala Nueva Helvecia, pueda no ser la excepción sino la regla, y esta «foto» de este bello rincón del mundo pueda verse en otros tantos sitio del planeta.
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Cerramos esta crónica, con algunas imágenes más que hablan por si solas, y es que el pulso perfecto de Ivanna Negrín, capta a la perfección lo que el ojo humano no llega a ver, ni el oído por más fino que sea llega a escuchar….




