Estuvieron semanas luchando contra el amigo invisible y lograron derrotarlo en aquellas jornadas de lunes y viernes que volvieron a la costumbre en que los ojos de los montevideanos se detuvieran en el Club Municipal, hogar que cobija al querido y entrañable Trebejos.
Pero después de terminadas esas tardes-noches de pensamientos prolongados y profundos, les propusieron a todo aquel que se animara a mover un poquito o más bien, bastante más rápido las manos, buscar decisiones rápidas y reunirse como afortunadamente empieza a ser costumbre en torno a un tablero.
Y la fecha indicada hizo una pirueta y se escapó sutilmente, hubo que posponer todo una semana más, hasta que llegó el 23 de setiembre y al ritmo vertiginoso de 3+2, 21 ajedrecistas (todos hombres) dejaron escrita una nueva historia con sucesos irrepetibles.
Pero así como están esos que jamás se repiten, si están esos otros que empiezan a repetirse una y otra vez y al hacerlo comienzas a dejar una confirmación, que ya nada es sorpresa y que todos empezamos a acostumbrarnos a ello.

Porque ya empieza a ser una costumbre ver a Facundo Domínguez cerrar los torneos en el sitio más alto.
Así lo hizo en el Trebejos contra el Bicho, que dado su performance además alcanzó el titulo de maestro nacional, sino que días después, en la Teja, volvió a ser el ganador el evento que está haciendo nuevamente andar al club Progreso.

Porque ya empieza a ser una costumbre empezar a ver el nombre de Franco Manteiga entreverado entre los que pelean por los puestos de privilegio, consiguiendo puntos o dividiéndolos con rivales que hasta hace poco tiempo era raro inclinaran su rey ante el joven proísta.





Porque ya empieza a ser costumbre ver el trabajo ordenado del Club Trebejos, dándole una continuidad a la actividad muy atractiva, alternando eventos de largo aliento con los que se dilucidan en un solo día.
Las sorpresas son agradables en infinidad de veces, pero a veces son solo eso, sorpresas y quedan como recuerdo de un día tan feliz como productivo y fugaz.
Las confirmaciones son mucho más placenteras, demuestran que el camino que se recorrió es el correcto, alienta a seguir en el mismo sendero y que la consolidación sea definitiva.