Si algo precisaba este octubre uruguayo para dejar de sentir el frio del invierno que cada vez es más pasado y consolidar la presencia de la cálida primavera, es ver como la tabla de posiciones del torneo Primavera en el Club Trebejos arde en llamas.
Lo que venía siendo un trayecto perfecto de Avedisián hacia el título, tuvo un alto en el camino, y ese freno en el andar de Alexander fue festejado por sus perseguidores, lo que da al cierre del campeonato una incertidumbre de tal magnitud solo comparable a una perfecta película de suspenso.
Los alborotos de la quinta
Quedaban dos y todo estaba en sus manos, dependía exclusivamente de él, pero Alexander lo había dicho en una demostración de humildad y sabiduría «…todavía no está todo dicho para mi, ya que quedan dos partidas y con rivales muy duros».
Y como si hubiera lanzado una premonición al aire, éste se volvió materia y consolidó el presagio, «aún nada estaba dicho…», y si bien las chances del canoso y lungo ajedrecista de llegar a beber el sorbo victorioso de la copa de campeón aún siguen intactas, ahora que el doctor Lanzilotta pateó el tablero, el entrevero es tal, que hasta que él último rey quede sin aliento el miércoles, nadie tendrá la certeza absoluta de quienes serán las manos que alzaran el trofeo en disputa.

Avedisián, Lanzilotta y Kulik apretaditos en la cima, abrazados para no caerse, y viendo como se asoma el rostro de Ibáñez y Manteiga que ascienden, miran y acechan viendo si alguno pierde estabilidad y deja libre su lugar en la cumbre.
Los Marcelos (Lanzilotta-Ibáñez) y Alexander, eran los tres candidatos en la previa al iniciar el torneo, pero las victorias de Nicolás sobre Mauro Barboza (que lo volvió a sufrir como en el pasado) y de Franco frente a Gabriel Ramos, no hacen más que consolidar el presente de estos dos pibes que ya dejan definitivamente de ser promesa en el ajedrez uruguayo.
La ruta de los líderes
Alexander, el tercer mejor pre-clasificado (2016), había tenido un comienzo de campeonato soñado al conseguir 4 victorias consecutivas y con ello transformarse en el único líder de la competencia, al ganar la partida que lo enfrentó a Luis Traverso en el debut, a Franco Manteiga en la segunda, al riverense Diego Peláez en la tercera y al gran Nicolás Kulik en la cuarta.
Marcelo, único que ganó todo lo que jugó y a pesar de ello comparte el liderazgo. La ronda tres lo vio ausente y por eso no pudo sumar y cortó la racha de victorias que venía encadenando al derrotar a Julio Meneses y a Juan Topolansky en las dos primeras y luego a Moreno en la cuarta.
Nicolás, la gran sorpresa del torneo, comenzó el mismo colocando su nombre en el puesto número 11 de la lista inicial (1637), y como una fiera poseedora de un hambre feroz, fue devorando puntos uno tras otro, (Marcelo Ibáñez, Ernesto Lejtreger, Gabriel Correa), hasta que Avedisián le puso un freno, para luego continuar su voracidad sin igual para deglutir la unidad que estaba en juego con Mauro Barboza.

Ronda sexta: no apto para corazones débiles
Y será la última y con ella caerá la última gota de emoción que hará llenar la copa que alguien con alegría infinita beberá con la satisfacción de la meta conseguida. Lo difícil es aventurarse a querer saber quien puede ser ese «alguien».
La mesa número uno enfrenta a Marcelo y Nicolás, único cruce entre los líderes que no se había producido, ya que ambos ya se habían medido con su compañero en la cumbre Avedisián, y con resultados distintos, el profe terminó con la sonrisa de la victoria y Nico tuve que inclinar su rey.
Pero se vieron las caras en los últimos meses varias veces y siempre dividieron el punto en juego, y se puede pensar que dado el vínculo de amistad que los une, fueran tablas «pactadas», sin embargo hay plena certeza que no, dan todo y dejan todo para que la partida salga lo mejor posible.
Cuando el miércoles choquen sus puños para empezar un nuevo, (y esta vez decisivo), duelo, hará justamente dos meses que se enfrentaron por primera vez desde que el ajedrez volvió a ser presencial y fue justo en la apertura del «Trebejos contra el Bicho», cuando se enfrentaron con los mismos colores con que lo harán ahora.
Luego el 18 de setiembre por la segunda fecha del Campeonato Nacional Blitz en Piríapolis, y al día siguiente en el inicio del Nacional de Rápidas, también midieron saberes pero en esas dos oportunidades el campeón nacional sub-14 movió las piezas claritas.
Las tres veces fueron tablas, y las tres con ritmos distintos, 40+10, 3+2 y 15+10, sin dudas parejos en todas las modalidades.

La mesa dos, nos muestra al mejor elo del torneo Marcelo Ibáñez que de blancas se las verá con doble A.
Marcelo acecha a media unidad y los matemáticos estarán sacando cuentas si es que existe alguna combinación posible para que logre beber de la copa de la victoria, pero si ésta le es esquiva, el triunfo de todas maneras lo dejará formando parte del podio sin ninguna duda.
El único antecedente entre ambos en los últimos meses es en el Blitz realizado en Trebejos donde el 23 de setiembre Marcelo se quedaba con el punto. Ahora juegan con colores cambiados, así que desde ya tiene olor a revancha.
El otro que podría acceder al podio si los astros se alienan a su favor, o sino va a estar muy cerca, es Franco Manteiga quien desplegará su talento con las piezas negras ante el experiente Mauro Barboza.
Franco llega entonado a esta instancia luego de obtener un lindo campeonato en Santa Lucía el domingo y del triunfo ante Correa el lunes.
Un precioso cierre de torneo, como para sentir que la Primavera en Trebejos, está más linda que nunca este año.