«Tengo la ilusión de que este año se pueda concretar mi participación no solo en la Olimpíada sino también en el Campeonato Uruguayo y en el Continental que se va a desarrollar en Montevideo», resume el GM Andrés Rodríguez sobre sus expectativas de representar a Uruguay en este 2018.

Aprovechando que hoy Andrés debutará en el Floripa Open, lo entrevistamos para que nos cuente su experiencia con ese impresionante torneo, que ya ha ganado, y nos hable de su vida como ajedrecista, la relación entre la competencia y el ejercicio de la docencia y su visión del ajedrez latinoamericano.
Andrés está radicado en Argentina desde hace muchísimos años, así que le preguntamos si en este 2018 participará en torneos en Uruguay y si representará oficialmente a su país en megaeventos como la Olimpíada.
Índice de la entrevista:
1 – Floripa Open
2 – Calendario
3 – Competencia
4 – Docencia
5 – Latinoamericanos
6 – Jugar en Uruguay
7 – Representar a Uruguay
1 – En otros años ya has ganado el Floripa Open y el cerrado que se juega a continuación. ¿Cómo te sentís en este tipo de torneos tan multitudinarios?
Este es mi tercer año consecutivo en el Floripa Open. Son dos torneos muy distintos. Uno que va a tener más de 300 jugadores y otro de 10. El primer año que vine logré ganar el abierto. Después las cosas no salieron tan bien. En el cerrado he logrado 3 buenas actuaciones. En el abierto del año pasado perdí un par de partidas en el medio, una de ellas con Shirov y después perdí con Supi. Además de perder jugué mal y eso me tiró un poco para abajo. Pero yo llego siempre con la misma alegría y expectativa positiva. Creo que puedo hacer un buen torneo tanto en el abierto como en el cerrado. El abierto tiene el condimento de conocer a mucha gente, de saludarla y de estar en un ambiente 100% ajedrecístico y eso es muy reconfortante.
Andrés en 2015 luego de ganar el Floripa Open:
2 – ¿Cómo armás tu calendario de competición?
No hay un método científico. Es una suma de cosas. Hay torneos que son más agradables que otros de jugar. Uno de ellos es el Floripa Open. Es Florianópolis, es en enero y esas cosas por lo menos para mí son importantes. Los organizadores siempre han sido muy amables conmigo. Eso también es algo que me incentiva a participar. Yo además tengo el doble rol de profesor/entrenador y jugador, entonces intento equilibrar ambas cosas. Hay períodos del año en que me es más fácil poder jugar torneos y otros en que me tengo que dedicar más a la parte de la enseñanza. Voy decidiendo uno a uno pero en los últimos años hay ciertos eventos que se repiten en mi calendario cuando se conjugan las tres variables: buenas fechas, buenas condiciones y ganas de participar, como en este caso.
3 – Si tuvieras la posibilidad, ¿te gustaría dedicarte exclusivamente a competir?

Para mí siempre fue un tema muy complejo. En una etapa de mi vida me hubiera gustado tener los apoyos correspondientes para dedicarme a competir más a nivel superprofesional. Hoy en día me siento bien haciendo lo que hago. El equilibrio me parece interesante. La enseñanza es algo que realmente me gusta. No sé si en este momento estaría tan convencido de dedicarme 100% a los torneos. La alta competencia es muy exigente. Cuando uno se dedica a algo se cobra a sí mismo por resultados. Dedicarse a una sola cosa siempre es una fantasía que está pero la verdad es que en la práctica lo veo muy pero muy difícil.
4 – ¿Qué significa la docencia de ajedrez para vos? ¿Cuál es tu caudal de alumnos?
La docencia para mí es algo más que un medio de sustento. Ver que un alumno progresa, transmitir conocimiento y experiencia es algo muy enriquecedor y que me produce bastante satisfacción. Es uno de los caminos que tomé relacionados con el ajedrez que más satisfacciones me da. [El número de personas que entreno] es algo muy variable. Además hay alumnos que toman clases en grupos. En las últimas semanas antes de venir al Floripa Open tuve mucho, mucho trabajo. Trabajando unas 60 horas entre preparación de clases y las clases en sí. Tengo un volumen importante de alumnos que me demanda mucho tiempo y en algunos períodos del año se juntan más que en otros. En la previa de los viajes intento dar la mayor cantidad de clases posibles aunque después termina siendo bastante extenuante. Pero en el fondo los logros de los alumnos son muy satisfactorios para mí.
5 – ¿Qué falta para que los jugadores latinoamericanos se acerquen en mayor número a la altísima competencia?
La clave me parece que está en la etapa de la formación. Un jugador que va a llegar a 2750, por poner un número, es un jugador que entre los 6 y 15 años tuvo un ritmo de trabajo muy intenso. Los casos que no son así son super recontra excepcionales. Y creo que lo que falla es ese período. Hoy en los países que están teniendo más éxito en los programas de educación como China, Estados Unidos, Vietnam, India, más allá de toda la escuela clásica de la ex Unión Soviética, trabajan miles de horas en ese período. Los chicos se dedican casi que exclusivamente al ajedrez. Hay mucho apoyo del Estado en líneas generales y a veces también apoyos privados, cosa que en Sudamérica simplemente no se da, no existe. Entonces todo se hace un poco “a la bartola” [de forma poco orgánica] y aunque hay algunos jugadores que por méritos propios y condiciones pueden llegar cerca, es muy difícil pertenecer a la elite si uno no tiene esas miles de horas de bagaje y trabajo atrás. Y la verdad que en los jugadores latinoamericanos esto prácticamente no existe.
6 – En febrero se hace en Uruguay la Copa Duchamp, uno de los abiertos más importantes del año con varios GM participando. ¿La vas a jugar?

El año pasado cuando me enteré de que se iba a hacer la primera edición me hizo mucha ilusión participar. Pero en la misma fecha yo estaba en Estados Unidos y no pude jugarlo. Y este año se da una suma de factores. [Tengo] algunas desavenencias con los organizadores, no demasiado interés y el tema del calendario. Fijate que termino 15 días de partidas en Florianópolis el 31 de enero y el Duchamp empieza el 2 de febrero. Para mí es muy difícil seguir jugando tanto tiempo seguido. Ojalá en un futuro se consolide y yo pueda participar. Siempre tengo ganas y estoy bien predispuesto para las participaciones en Uruguay. Por ahora no se ha dado pero confío en que en la tercera edición sí pueda participar.
7 – Este año son las Olimpíadas de Ajedrez y en Uruguay la gran mayoría de jugadores y aficionados está esperando que integres el equipo olímpico uruguayo. ¿Tenés pensado participar este año en la Olimpíada?
Desde que tenía 13 años, si no me equivoco, me he ganado el derecho de participar en el equipo olímpico uruguayo. Desde esa época hasta acá ha habido muchísimas Olimpíadas y he podido participar en pocas y no ha sido por mi falta de voluntad.

La Olimpíada es un torneo mágico, es el torneo más importante del mundo, es donde uno tiene que estar si uno se dedica al ajedrez. Lamentablemente, en distintas etapas, por falta de apoyo a veces o falta de interés, no logré participar, pero siempre cada dos años estuve al pie del cañón intentando que eso se concretara. De cara a la Olimpíada de este año tuve una reunión con la Federación [Uruguaya de Ajedrez] antes de venir para acá. Llegamos a un principio de acuerdo que luego deberá ser ratificado y cerrado por ambas partes, pero en principio hay un fuerte interés del lado de la Federación. De mi lado siempre está ese interés. Las veces que no he participado de los torneos del calendario oficial como el Campeonato Uruguayo, Zonal, Continental, Iberoamericano u Olimpíadas ha sido porque la Federación así lo ha decidido. Porque simplemente ha puesto trabas o porque a veces no ha mostrado interés. Siempre que del lado de la Federación se ha puesto énfasis en eso yo he estado participando. Tengo la ilusión de que este año se pueda concretar mi participación no solo en la Olimpíada sino también en el Campeonato Uruguayo y en el Continental que se va a desarrollar en Montevideo.